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Pastillas para la gripe, pastillas para la tristeza, pastillas para soñar, pastillas para no soñar, pastillas para curar los efectos de las pastillas. La medicina alopática se ha dedicado a callar los síntomas de la enfermedad a través de fármacos; los medicamentos- procesados químicamente- pueden llegar a curar, pero difícilmente logran sanar. El concepto de sanar tiene que ver con una limpieza y renovación no solo del cuerpo físico, sino del cuerpo espiritual. Mientras buscamos una solución a los achaques de la vida moderna, las plantas, silenciosas, transforman la luz en oxígeno. El planeta respira a través de ellas. Guardianas de la sanación, llevan el secreto en su piel. Son los “dussi” de San Agustín, las Hadas de la Edad Media, los espíritus de los indígenas. El místico y alquimista suizo Paracelso llamaba “silvestres” a los espíritus de las plantas del bosque, y “ninfas” a los de las plantas marinas. Según él, todas las plantas reciben la influencia de los astros y están destinadas a alimentar a los seres humanos y a sanar sus dolencias. Porque las plantas no son solamente medicinas, las plantas son espíritus. Por eso, hay una para cada persona, y para cada necesidad. Hay curanderas que dicen que son las plantas quienes nos llaman según nuestra necesidad (consciente o inconsciente) pero antes de utilizarlas es importante estudiarlas, saber de ellas, tratarlas con respeto y cuidado. Las plantas alimentan y sanan a los seres humanos, y a cambio, nosotros debemos cultivarlas y regarlas.
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