1.CUARTO OBSCURO para revelar las mallas, este cuenta con una mesa de luz, y los implementos necesarios para realizar este proceso.
2. ESPACIO DE IMPRESIÓN aquí imprimimos los artes, de igual manera se ha equipado con una mesa de impresión, sus sedas, racles, pinturas, papel, removedores, visagras, equipos de limpieza, etc...
3. CUARTO DE SECADO: debido a la dimensión de los artes se ha destinado un lugar específico para colgar el material comunicacional.
La serigrafía como soporte artístico, medio de expresión y difusión eminentemente urbano representa dentro de este trabajo el cómplice perfecto para traducir el objetivo de nuestro proyecto: instalar una iconografía de nuestros símbolos vivos.
Los orígenes de la técnica son difusos y si bien sabemos que su uso es milenario y cuyos vestigios podemos encontrar en el antiguo Egipto, así como en China y en Japón, no se puede rastrear el hogar primario de esta técnica.
Una de las grandes virtudes de la serigrafía es su plasticidad, el poder adaptarse a diversas supeficies, la multiplicidad de materiales utilizados para su realización, los innumerables modos de aplicarse y trabajarse la hicieron cómplice de millones de voces que por este medio comunicaron ideas, representaron imágenes y propósitos.
Es la serigrafía una experiencia meditativa artesanal y humana. Es la comunión del sujeto con la obra, pues en el trabajo el ser humano exterioriza sus fuerzas esenciales, se hace a sí mismo y a la sociedad. Cada pieza es única y responde al momento espiritual de quien crea, por tanto es desde esa perspectiva un momento sagrado.
Si bien esta técnica está pensada reproducir masivamente un mensaje, su elaboración es eminentemente individual y responde a un momento única.
Con independencia de su uso, sabemos que la serigrafía, así como todo medio de expresión surge de la necesidad humana de trascender, comunicar e incidir en el espacio público.
Ahora bien, el mundo simbólico de las plantas como vehículo de sanación ha estado presente en nuestra historia y en la historia de todos los pueblos. Ha vivido, tal como los seres humanos, mutaciones y resignificaciones a lo largo del tiempo, cómplices del bienestar de todos los seres vivos, inciden en nuestro cuerpo físico, espiritual y en nuestro entorno.
Ni el uso de las plantas como sanadoras ni la serigrafia como medio de expresión tienen un origen definido, sin embargo, sabemos que surgen ambas de una necesidad humana, terapéutica y primigenia de vincularse con el medio, con otros, ambos implican y crean proximidad, intimidad, encuentro. Son por tanto, eminentemente gestos surgidos del amor.
El amor. Entregar/se a otro. Converger, influir, vincular, crear comunidad, generar cambios. No se trata de una cuestion de sobrevivencia, sino más bien de un impulso que mana desde lo más profundo del sentir humano.
La experiencia del mundo ancestral de las plantas, sus saberes y poderes que tan imbricadamente están presentes en el imaginario de nuestra ciudad, se hacen hoy de manifiesto en las paredes de Cuenca, por medio de afiches que utilizan la técnica de la serigrafía, que nos invitan a jugar con la mirada a reconocerlas en el espacio público.
La estrategia es utilizar los mismos soportes del mercado que nos llaman a consumir, que nos seducen con la publicidad y sus productos, pero que hoy invitan a reconocer a nuestras vecinas más antiguas.
Emblemas de la salud popular, silvestres personajes que pueblan la ciudad y nuestros cuerpos, que se introducen en nuestros jardines, macetas y huertas, que acompañan al rio y el camino a la montaña, que se hacen infusión, ungüento y emplaste.
El proyecto busca difundir e incentivar el conocimiento de las plantas medicinales que crecen junto a nosotros y también a considerarlas como lo que originariamente son, las sanadoras populares.
Un gesto de amor de la naturaleza a lo humano. Los humanos gestando amor a la naturaleza honrándole por medio de la visibilización de su obra.